Este vídeo que os presento, viejo conocido, es de esos que impactan! TODO UN REVULSIVO!!!!
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Postal
San Pedro y su puerto natural. Algún día publicaré (incluso alguna foto) una bonita historia sobre mi familia, a principios del S. XIX)
En esta foto se pueden observar los famosos pitacos, seña de identidad del Parque.
Bienvenido/a a este blog dónde su nombre nos dice mucho de su personalidad. ¡Pase y tómese algo!
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Postal
Flamencos Rosados
Mónsul
Madeja
¿Y si hacemos de un manojo
de una cresta de una ola,
de la línea de tu pecho,
del perfume de tu aroma,
del aliento de tus sueños,
del constante advenimiento,
un ovillo, y tú y yo dentro?
Maika Marcos Meire
de una cresta de una ola,
de la línea de tu pecho,
del perfume de tu aroma,
del aliento de tus sueños,
del constante advenimiento,
un ovillo, y tú y yo dentro?
Maika Marcos Meire
Gracia natural!
San Pedro y su puerto natural. Algún día publicaré (incluso alguna foto) una bonita historia sobre mi familia, a principios del S. XIX)
El libro al revés
Una vez me encontré en Gijón a un niño vendiendo libros en la calle. Descalzo, sucio y despeinado bramaba: "¡Libros al revés, Libros al revés!". Ojeé uno de ellos. Realmente era un libro pero del revés. Lo compré con la convicción de ser capaz de leerlo, pero a pesar de intentarlo desde el primer día con multitud de espejos en infinidad de posiciones me resultó imposible. Tras varios meses comencé a descifrar las primeras letras. Tras varios años algunas palabras y frases. Hoy, en mi lecho de muerte, comprendo perfectamente el libro... pero el mundo lo veo al revés.
Daniel Reyero Miguelez
Daniel Reyero Miguelez
Anochece
En esta foto se pueden observar los famosos pitacos, seña de identidad del Parque.
Microrrelato: Costumbres
Cuando me gusta un pantalón me compro dos por si se me rompe. Tengo cuatro felpudos con cuatro copias de la misma llave y de pequeño, certificaba la carta a los Reyes Magos. No me gustan las sorpresas. Soy un hombre de hábitos. La semana pasada se me rompió la tele y fue una tragedia. Vinieron unos hombres y se la llevaron. Yo la besé antes de despedirme. “Abra un libro en su lugar”, me aconsejaron. Yo les hice caso. Abrí el Quijote y lo coloqué en el hueco del armario. Ya me voy acostumbrando.
Isabel González González
Isabel González González
Lagarto Ocelado
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